Videos de las meditaciones

Puede ver todas las meditaciones usando la lista de reproducción de YouTube en los siguiente enlaces:

Introducción a las Meditaciones

El 19 de Marzo celebraremos la Solemnidad de San José, quien fue “llamado a ser el Custodio del Redentor (…). Y al cual Dios puso al cuidado de los tesoros más preciados.

En preparación de esta fiesta, realizaremos una treintena, es decir 30 días de oración, en reverencia a los 30 años que vivió con Jesús y María en la tierra.

Publicaremos diariamente a través de este medio una serie de meditaciones sobre las letanías a San José de modo que podamos crecer en el amor a Jesús y María Santísima a través del conocimiento de su vida.

Las letanías a San José fueron aprobadas por el Papa Pio X en 1909.

 Colocaremos el texto adjunto de la oración de los 30 días, las letanías a San José y el audio de la oración de los 30 días a San José

Que María Santísima y San José intercedan ante Nuestro Señor Jesucristo para que lleguemos todos a gozar un día de la felicidad eterna.

Letanías a San José

Oración Devoción de los 30 Días a San José  

Meditación Día 1

“Intercesión de los santos”

Alguno quizás se haya preguntado, ¿por qué debemos pedir a los santos que intercedan por nosotros ante Dios? Si Jesucristo es el único Mediador entre Dios y los hombres: ‘Hay un solo Dios, y un solo Mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús’ (1 Tim. 2, 5; Hebr. 8, 6 y 9, 11- 14).

Los santos no son un obstáculo para dirigirnos directamente a Jesucristo, a Dios Padre o al Espíritu Santo. Los santos no nos alejan de Dios; simplemente ellos con sus ejemplos de fe cristiana nos estimulan a acercarnos a Dios con la sola mediación de Jesucristo.

Ahora bien, cuando la Iglesia Católica dice que los santos son intercesores nuestros delante de Jesucristo, eso no quiere decir que ellos son los que hacen los milagros. Es siempre Dios Padre, Jesucristo o el Espíritu Santo, quienes obran maravillas entre nosotros, aunque sí puede ser que los milagros sean hechos ‘por intercesión’ de estos santos.

Vemos el ejemplo de Maria en las bodas de Cana. Es María la Madre de Jesús la que invita discretamente a su Hijo a hacer un milagro diciendo: ‘Ya no tienen vino’. Y Jesús le hace entender que la hora de hacer signos no ha llegado todavía. Sin embargo, por la intercesión de su Madre María, Jesús hace su primer milagro (Jn. 2, 1-12). Este es el sentido bíblico de la intercesión de los santos.

Santo Tomasen la Suma teológica dice: que los santos que están en el cielo tanto más oran por los viadores, a quienes pueden ayudar con sus oraciones, cuanto más perfecta es su caridad; y sus oraciones son tanto más eficaces cuanto mayor es su unión con Dios. Pues lo normal, según el orden establecido por Dios, es que la excelencia de los superiores redunde en los inferiores, al igual que sobre el aire el resplandor que procede de la claridad del sol. Tal es también la razón por la que se dice de Cristo (Heb 7,25): El cual se acerca por sí mismo a Dios para rogar por nosotros. Y es por lo que San Jerónimo, Contra Vigilantium, dice: Si los apóstoles y los mártires, en su vida corporal, cuando aún debían preocuparse por sí mismos, podían orar por los demás, cuánto más después de haber alcanzado la corona, la victoria y el triunfo.”

San José, ruega por nosotros

Meditación Día 2

“Dios Padre Celestial” Ten piedad de nosotros.

En el evangelio de San Mateo encontramos estas palabras que definen a la Primera persona de la Santísima Trinidad: Uno solo es vuestro Padre: el del Cielo (Mt 23,9)

Nuestro Señor Jesucristo pasó su vida en la tierra hablando de Dios Padre como providente (Mt 6, 32), que perdona, escucha, bendice, es generoso, un Padre en quien abandonarnos…

La unión estrecha que San José tuvo con Dios Padre, lo ha hecho imitarlo. Él “ha sido llamado por Dios para servir directamente a la persona y a la misión de Jesús mediante el ejercicio de su paternidad; de este modo él coopera en la plenitud de los tiempos en el gran misterio de la
redención y es verdaderamente ‘ministro de la salvación’ . Su paternidad se ha expresado concretamente ‘al haber hecho de su vida un servicio, un sacrificio, al misterio de la Encarnacion y a la misión redentora que está unida a él; al haber hecho uso de la autoridad legal, que le correspondía sobre la Sagrada Familia, para hacerle don total de si, de su vida y de su trabajo.’

Podemos preguntarnos:

¿Confiamos que Dios es un Padre para nosotros?

¿Estamos seguros que nos dará lo necesario para vivir cada día?

Veamos a José como ejemplo de paternidad y pidámosle a él la gracia de llevar a cabo el rol de padres en la Familia.

Meditación Día 3

“Dios Hijo Redentor del Mundo”  Ten piedad de nosotros.

“El centro de nuestra vida debe ser Jesucristo verdadero Dios y verdadero hombre, quien en su única persona divina une ambas naturalezas; por lo que en verdad confesamos que el Verbo se hizo carne (Jon 1,14) es mediador entre Dios y los hombres (1Tim 2,5) y es el único que tiene 12 palabras de vida eterna.”

Jesucristo es el camino para ir al Padre y nadie va al Padre sino por El. Tiene el único nombre por el cual podemos ser salvos (Hechos 4,12).

“Dios no estuvo nunca tan cercano del hombre y el hombre jamás estuvo tan cercano a Dios como precisamente en ese momento: en el instante del misterio de la Encarnacion.”

Podemos ver que San José es junto con María, el primer depositario de este misterio. Con Maria y también en relación con María él participa en esta fase culminante de la auto revelación de Dios en Cristo, y participa desde el primer instante.

¿Cómo vivimos nosotros el Misterio de la Encarnacion?
¿Es Jesucristo el centro de nuestra vida?
¿Nos sentimos cercanos a Dios, así como lo estuvo Maria y José?
Que podamos crecer en la unión con nuestro Señor Jesucristo por mediación de San José.

Meditación Día 4

Dios Espíritu Santo

Ten piedad de nosotros.

Dice el Catecismo de la Iglesia Católica en el numero 687:”Nadie conoce lo íntimo de Dios, sino el Espíritu de Dios” (1 Co 2, 11). Pues bien, su Espíritu que lo revela nos hace conocer a Cristo, su Verbo, su Palabra viva, pero no se revela a sí mismo. El que “habló por los profetas” nos hace oír la Palabra del Padre. Pero a él no le oímos. No le conocemos sino en la obra mediante la cual nos revela al Verbo y nos dispone a recibir al Verbo en la fe. El Espíritu de verdad que nos “desvela” a Cristo “no habla de sí mismo” (Jn 16, 13). Un ocultamiento tan discreto, propiamente divino, explica por qué “el mundo no puede recibirle, porque no le ve ni le conoce”, mientras que los que creen en Cristo le conocen porque él mora en ellos (Jn 14, 17).

Podemos leer en el capítulo 1 del evangelio de San Mateo cuando el Ángel del Señor se le aparece en sueños a José y le dice: “José, hijo de David, no temas recibir a Maria, tu esposa, porque lo que ha sido engendrado en ella proviene del Espíritu Santo.”(Cf. Mt, 1,20) Al despertar, José hizo lo que el Ángel del Señor le había ordenado. (Mt 1,24)Sin dudarlo pone en acto lo que DIOS le pedía en cada circunstancia.

En nuestra vida también el Espíritu Santo es el que obra en nosotros el querer y el hacer según su designio de amor. (Cf. Fil 2,13), porque el Espíritu que Dios nos ha dado no es un espíritu de temor, sino de fortaleza, de amor y de sobriedad. (2 Tim 1,7)

Pedimos en este día la gracia, de obrar según las inspiraciones del Espíritu Santo.

Meditación Día 5

“Trinidad Santa un solo Dios” Ten piedad de nosotros.

El hombre naturalmente no capta las cosas del Espíritu de Dios; son necedad para él. Y no las puede entender, pues solo el Espíritu puede juzgarlas. En cambio, el hombre espiritual lo juzga todo; y a él nadie puede juzgarlo. Porque ¿quien conoció el pensamiento del Señor para instruirle? Pero nosotros poseemos el pensamiento de Cristo.

Siempre nos va a resultar provechoso que nos esforcemos en profundizar el contenido de la antigua tradición, de la doctrina y la fe de la Iglesia Católica, tal como la predicaron los apóstoles y la conservaron los santos Padres. En especial en los tiempos en que vivimos, donde el espíritu de las tinieblas quiere engendrar confusión para alejar a muchos de la fe. En ella, efectivamente, está fundamentada la Iglesia, de manera que todo aquel que se aparta de esta fe deja de ser cristiano y ya no merece el nombre de tal.

Existe, pues, una Trinidad, santa y perfecta, de la cual se afirma que es Dios en el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo(…)Así, en la Iglesia se predica un solo Dios, que lo trasciende todo, y lo penetra todo, y lo invade todo. Lo trasciende todo, en cuanto Padre, principio y fuente, lo penetra todo, por su Palabra; lo invade todo, en el Espíritu Santo.

Porque toda gracia o don que se nos da en a Trinidad se nos da por el Padre, a través del Hijo, en el Espíritu Santo. Pues así como la gracia se nos da por el Padre, a través del Hijo, así también no podemos recibir ningún don si no es en el Espíritu Santo, ya que hechos participes del mismo poseemos el amor del Padre, la gracia del Hijo y la participación de este Espíritu.

Nunca podremos comprender, y conocer todo sobre Dios, ya que “No sería Dios quien es, si fuese Dios entendido, decía San Agustsín.

Podemos reflexionar:

¿Pongo los medios para profundizar en el conocimiento de la fe católica?

¿Me mantengo en una indiferencia e ignorancia de las verdades del catecismo para evitar comprometerme o cambiar de vida?

Meditación Día 6

“Santa Maria” Ruega por nosotros.

“El anuncio de Dios de la enemistad entre la Mujer y Satanás al comienzo de los tiempos es clarísimo: El mismo crea enemistad que es una enemistad irreducible. No se trata de una enemistad, digamos así, por desconocimiento o alguna enemistad por mal entendido, sino que es única… enemistad formal entre Satanás y la Mujer, entre la descendencia de Satanás y la descendencia de la Mujer. Es una enemistad creada por el mismo Dios: pongo enemistad- le dijo a la serpiente-, pongo enemistad entre ti y la mujer, entre tu linaje y el suyo (Gn 3,15). Y esto que Dios había anunciado en lo que se conoce como el Protoevangelio va a tener su cumplimiento en el momento en que el Ángel Gabriel se presenta a la Santísima Virgen en Nazaret: ahí le anuncia de parte de Dios que fue elegida para ser Madre del hijo de único de Dios, del Verbo. Y allí la Santísima Virgen acepta esa misión y, al aceptar esa misión se constituye en la Mujer que se opone a Satanás, y no solamente a Satanás, sino a los que son como él. Ella acepta, libremente en la fe, esa misión que Dios le había encomendado, absolutamente única, singularísima de dar carne y sangre a la segunda persona de la Santísima Trinidad, a Aquel que es tan Dios como el Padre y como el Espíritu Santo.

De modo tal que allí en Nazaret se da esa oposición real, total, irreversible: Es la Mujer que aplasta la cabeza de la serpiente, es la Mujer que tiene en si una radical enemistad con Satanás y con la descendencia de Satanás.

La Virgen Maria es nuestra Madre, porque Jesús antes de morir en la cruz dijo a su Madre: Mujer, he ahí a tu hijo ( Jn 19,26) refiriéndose a Juan quien representaba a todos nosotros, y a Juan le dijo: hijo, he ahí a tu Madre ( Jn 19,27).

Ella intercede por nosotros ante Jesús y la cual nos defiende de Satanás.

Podemos repetir como San Juan Pablo II quien tenía gran devoción a Maria Santísima: Totus Tuus Maria! Soy todo Tuyo Maria!

San José aumentara en nosotros el amor y devoción a Maria Santísima. Pidamos entonces a él la gracia de ir a Maria para llegar a ser todo de Jesús.

Colocamos en documento adjunto el Libro del Tratado de la Verdadera Devoción de San Luis Maria Grignion de Monfort

Meditación Día 7

“San José” Ruega por nosotros.

Desde los primeros siglos, los Padres de la Iglesia, inspirándose en el Evangelio, han subrayado que San José, al igual que cuido amorosamente a Maria y se dedicó con gozoso empeño a la educación de Jesucristo , también custodia y protege su cuerpo místico, la Iglesia, de la que la Virgen Santa es figura y modelo.

San José de modo especial fue escogido por Dios para ser el padre adoptivo de Nuestro Señor Jesucristo, y así participar del Misterio sacrosanto de la Encarnacion, el misterio del Verbo hecho carne en el seno de la Santísima Virgen Maria. El participo en este misterio como ninguna otra persona, a excepción de Maria, la Madre del Verbo Encarnado.

Es cierto que la dignidad de la Madre de Dios, llega tan alto que nada puede existir más sublime; mas, porque entre la Santísima Virgen y José se estrecho un lazo conyugal, no hay duda de que aquella altísima dignidad, por la que la Madre de Dios supera con mucho a todas las criaturas, él se acerco más que ningún otro (…) El se impone entre todos por su augusta dignidad, dado que por disposición divina fue custodio y, en la creencia de los hombres, padre del Hijo de Dios. De donde se seguía que el Verbo de Dios se sometiera a José, le obedeciera y le diera aquel honor y aquella reverencia que los hijos deben a sus padres.

A mucho de nosotros quizás nos puede haber pasado que hemos escuchado muy poco sobre la devoción a San José.

Santa Teresa de Jesús decía: “Tome por abogado y señor al glorioso San José y encomendeme mucho a él… me saco con más bien que yo le sabia pedir.”

Pidamos esta gracia de poder crecer en el conocimiento a nuestro Santo Patriarca.

Meditación Día 8

“Insigne descendiente de David” Ruega por nosotros.

En el evangelio de San Mateo dice: “José, hijo de David, no temas tomar contigo a Maria tu mujer, porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo. Dara a luz un hijo, y tu le pondrás por nombre Jesús, porque él salvara a su pueblo de sus pecados.” (Mt 1,20-21). El evangelista Mateo explica el significado de este momento, delineando también como José lo ha vivido. Sin embargo, para comprender plenamente el contenido y el contexto, es importante tener presente el texto paralelo del Evangelio de San Lucas.

“Al sexo mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era Maria. (Lc 1,26-27).

En referencia a la descendencia de José, que provenía de la casa de David. Una tradición cristiana ha sostenido que también Maria era de la misma estirpe. Así ensenaron, por ejemplo San Ignacio de Antioquia, San Irineo y San Justino. La construcción gramatical, en efecto, puede entenderse tanto de José, como generalmente se hace, como de la misma Maria, leyéndose en tal caso: “a una virgen de la casa de David, desposada con un varón de nombre José”. Esto concordaría con lo que dice San Pablo en Rom 1,3, que Jesús es descendiente de David “según la carne”, lo que cabe más ajustadamente si se entiende de Maria. Pero de todos modos, siendo José verdadero padre adoptivo, jurídicamente lo hacía pertenecer a su propia casa, que era la de David; por tanto, la pertenencia de Maria a esa ascendencia es de libre discusión.

Meditación Día 9

“Casto Custodio de la Virgen” Ruega por nosotros.

San José fue elegido entre todos los hombres, para ser el protector y guardián de la Virgen Madre de Dios; el defensor y padre adoptivo del Niño Dios.

Dividiré esta meditación en dos puntos: la virginidad de María y la custodia que San José realizó en María.

1. Virginidad de María

En el Evangelio de San Lucas se habla de María como de «una virgen desposada con un hombre llamado José» (Lc 1, 27).

De Maria se nos dan pocos detalles. Se dice que era virgen, que estaba llena de gracia y que estaba desposada.

Al momento de la Anunciación Maria estaba desposada. San Mateo añadirá que aún no vivían juntos, es decir, en la misma casa (…) Los judíos distinguían entre el desposorio y el matrimonio; uno tenía lugar un año antes del otro. Por lo general, las muchachas se desposaban entre los 12 y los 13 años, y los jóvenes varones entre los 18 y los 24. Un año más tarde tenía lugar la celebración del matrimonio, en la que un cortejo (el de los llamados amigos del novio) llevaba solemnemente a la novia a la casa del esposo.

San Lucas dice que María era ο (parthénos), virgen. En sí la expresión simplemente indica el estado de la persona en el momento en que se la describe, sin referencia a su futuro. Pero la pregunta que la jovencita dirige al ángel (― ¿cómo puede suceder esto si yo no conozco varón?‖) expresa, por un lado, que Ella sabe bien cómo se traen los hijos al mundo, y, por otro, que no tiene intención futura de llevar a cabo ninguna práctica conyugal. En efecto, el ángel anuncia una concepción futura y no pasada; le dice ―concebirás… darás a luz…‖, y no ―has concebido‖. No le dice, por tanto, que ―ya‖ esté encinta. Era obvio, entonces, que una joven desposada, aunque al momento virgen, si tenía intenciones de vivir una vida conyugal ordinaria, entendiera que tal anuncio se haría realidad a su debido tiempo y según las vías normales del ―conocimiento‖ entre una mujer y su esposo. Su pregunta, pues, no revela una exagerada inocencia sino una intención ponderada y definitiva de no conocer varón. Era pues, una virgen con intención de seguir siendo tal de por vida. Y aunque esto no fuera muy común en Israel, no faltan, sin embargo, testimonios de un aprecio de la virginidad perpetua entre algunos grupos de aquel tiempo, como, por ejemplo, los esenios. El mismo Juan Bautista no se desposará, ni lo hará Jesús.

Estando así las cosas, es inadmisible que José ignorase la resolución de su esposa, pues por cuestión de justicia y para dar razón de la determinación con que María responde al ángel, es de suponer que el joven esposo estuviera al tanto de las disposiciones de María y que las hubiera aceptado, teniendo determinado, también él, vivir virginalmente.

2. Custodia de San José a la Virgen

En referencia a la custodia de San José a María, la vemos a lo largo de todo el Evangelio.

Me detendré en el hermoso ejemplo que nos da el evangelio de San Mateo 1,19 cuando “José, su esposo, que era justo y no quería delatarla, se proponía despedirla en secreto”.

No habiendo manifestado María a su esposo la aparición del Ángel ni la maravillosa concepción por obra del Espíritu Santo, San José se vio en una tremenda prueba de fe.

Jurídicamente San José habría tenido 2 soluciones:

  1. Acusar a María ante los tribunales, los cuales, según la ley de Moisés, la habrían condenado a muerte, como dice Lev 20,10 “el hombre que cometa adulterio con la mujer de otro, con la mujer de su prójimo, ambos serán muertos irremisiblemente, tanto el adultero como la adultera”, Deut 22,22-24, Jn 8,2.
  2. Darle un libelo de repudio, es decir de divorcio, permitido por la ley para tal caso. Pero no dudando ni un instante de la santidad de María, el santo patriarca se decidió a dejarla secretamente para no infamarla, hasta que intervino el cielo aclarándole el misterio, un Ángel del Señor se le apareció en sueños y dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu esposa, porque su concepción es del Espíritu Santo

En este acontecimiento podemos ver el cuidado y respeto que San José tenia hacia María.

Nuestro Señor nos dice: “Bienaventurados los puros de corazón porque ellos verán a Dios.” (Mt 5,8)

San José, casto esposo de la Virgen María; intercede para que pueda tener un corazón puro y así alcanzar a Dios.

Meditación Día 10

“Padre nutricio del Hijo de Dios” Ruega por nosotros.

Dice el Santo Papa Juan Pablo II en su Exhortación Apostólica Redemptoris Custos, hablando de la paternidad de San José: El matrimonio con Maria es el fundamento jurídico de la paternidad de José. Es para asegurar la protección paterna de Jesús por lo que Dios elige José como esposo de Maria. Se sigue de esto que la paternidad de José- una relación que lo sitúa lo más cerca posible de Jesús, termino de toda elección y predestinación (Cf. Rom 8,28)- pasa a través del matrimonio con Maria, es decir, a través de la familia.

Los evangelistas, aun afirmando claramente que Jesús ha sido concebido por obra del Espíritu Santo y que en aquel matrimonio se ha conservado la virginidad (Cf. Mt 1,18-25; Lc 1, 26-38), llaman a José esposo de Maria y a Maria esposa de José (cf. Mt 1, 16. 18-20. 24; Lc 1, 27; 2, 5).

Y también para la Iglesia, si es importante profesar la concepción virginal de Jesús, no lo es menos defender el matrimonio de María con José, porque jurídicamente depende de este matrimonio la paternidad de José. De aquí se comprende por qué las generaciones han sido enumeradas según la genealogía de José. « ¿Por qué —se pregunta san Agustín— no debían serlo a través de José? ¿No era tal vez José el marido de María? (…) La Escritura afirma, por medio de la autoridad angélica, que él era el marido. No temas, dice, recibir en tu casa a María, tu esposa, pues lo concebido en ella es obra del Espíritu Santo. Se le ordena poner el nombre del niño, aunque no fuera fruto suyo. Ella, añade, dará a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. La Escritura sabe que Jesús no ha nacido de la semilla de José, porque a él, preocupado por el origen de la gravidez de ella, se le ha dicho: es obra del Espíritu Santo. Y, no obstante, no se le quita la autoridad paterna, visto que se le ordena poner el nombre al niño. Finalmente, aun la misma Virgen María, plenamente consciente de no haber concebido a Cristo por medio de la unión conyugal con él, le llama sin embargo padre de Cristo.

San José te pedimos por todos los padres de familia en especial los que están sufriendo para que vean en ti el modelo a seguir.

Meditación Día 11

Solícito defensor de Cristo” Ruega por nosotros.

Leemos en el evangelio de San Mateo que después que los magos se retiraron, el ángel del Señor se le apareció en sueños a José y le dijo que tomara al niño y a su madre y huyera a Egipto (cf. Mt 2,13); y se quedara hasta que Dios le diga, porque Herodes estaba buscándolo para matarlo.

A José; que era el jefe de la sagrada familia, y a él se dirige el Ángel en nombre de Dios. Toma al Nino y a su madre: expresión significativa, que pone de relieve la maternidad virginal de María.

Huye, es decir que esta partida fue una fuga. Comienza a cumplirse la profecía del anciano Simeón: Jesús es blanco de la contradicción y de la persecución. Y para sustraerle a ella, Dios no apela al milagro, como tan fácilmente pudiera hacerlo. La cruz había de señalar todos los pasos del Redentor en su vida terrena.

El camino a Egipto hubo de ser largo y trabajoso. Quería Dios que José estuviera enteramente colgado de la divina providencia. Por la razón de que Herodes quería matar al Nino, esto sobresalto el corazón paternal de José, estimulando su diligencia y acelero los preparativos del viaje.

María y José se refugiaron en Egipto, una tradición, ni muy antigua ni muy segura, señala a Matarieh, no lejos de El Cairo y de la antigua ciudad sacerdotal de Heliópolis, como refugio de la Sagrada Familia.”1

Con esta pequeña meditación podemos ver cómo San José, protegió y defendió a la Sagrada Familia.

Podemos reflexionar preguntándonos ¿tenemos la misma disposición de proteger a nuestros hijos y de alejarlos de aquello que pueda dañarlos, en especial el pecado?

¿Somos conscientes de la importancia de cuidar el alma de nuestros hijos para la salvación? ¿Formamos en ellos la conciencia, para saber lo que está mal y lo que está bien?
Pedimos la gracia de imitar a San José en la protección que tuvo hacia Jesús y aplicarlas a nuestros hijos.

Meditación Día 12

“Cabeza de la Sagrada Familia” Ruega por nosotros.

Analizando la naturaleza del matrimonio, tanto san Agustín como santo Tomás la ponen siempre en la «indivisible unión espiritual», en la «unión de los corazones», en el «consentimiento», elementos que en aquel matrimonio se han manifestado de modo ejemplar. En el momento culminante de la historia de la salvación, cuando Dios revela su amor a la humanidad mediante el don del Verbo, es precisamente el matrimonio de María y José el que realiza en plena «libertad» el «don esposa de sí» al acoger y expresar tal amor.

«En esta grande obra de renovación de todas las cosas en Cristo, el matrimonio, purificado y renovado, se convierte en una realidad nueva, en un sacramento de la nueva Alianza. Y he aquí que en el umbral del Nuevo Testamento, como ya al comienzo del Antiguo, hay una pareja. Pero, mientras la de Adán y Eva había sido fuente del mal que ha inundado al mundo, la de José y María constituye el vértice, por medio del cual la santidad se esparce por toda la tierra. El Salvador ha iniciado la obra de la salvación con esta unión virginal y santa, en la que se manifiesta su omnipotente voluntad de purificar y santificar la familia, santuario de amor y cuna de la vida» .

¡Cuántas enseñanzas se derivan de todo esto para la familia! Porque «la esencia y el cometido de la familia son definidos en última instancia por el amor» y «la familia recibe la misión de custodiar, revelar y comunicar el amor, como reflejo vivo y participación real del amor de Dios por la humanidad y del amor de Cristo Señor por la Iglesia su esposa»; es en la sagrada Familia, en esta originaria «iglesia doméstica» , donde todas las familias cristianas deben mirarse. En efecto, «por un misterioso designio de Dios, en ella vivió escondido largos años el  Hijo de Dios: es pues el prototipo y ejemplo de todas las familias cristianas»

Pedimos a San José la gracia de imitar a la Familia de Nazaret.

Meditación Día 13

José Justísimo” Ruega por nosotros

El juicio que el evangelio da de José es llamarlo el «justo» (Mt 1, 19), que posee ante todo las características del esposo.

En el comentario al evangelio de San Mateo, P. José Bover, explica que esta justicia de San José no es, en sentido más general o indeterminado la sola honradez o bondad, ni tampoco en sentido más particular, la justicia estricta, sino más bien, en cierto sentido intermedio, la voluntad habitual de dar a cada uno lo suyo, de no lesionar los derechos ajenos, y más concretamente, de cumplir en todos los divinos mandamientos, de conformar su vida con la divina voluntad. Este elogio de la justicia de José, si, a primera vista no parece extraordinario, lo es bajo otro concepto. La dignidad del gran patriarca, como jurídicamente padre del Hijo de Dios y esposo de la Madre de Dios, es incomparablemente superior a cualquiera otra dignidad creada, que no sea la divina maternidad. Proporcionales a esta altísima dignidad y a los oficios paternales y conyugales a ella vinculados, fueron las gracias con las que Dios lo enriqueció, en razón de desempeñar el oficio de Jefe o cabeza de la sagrada familia. Y si José fue justo, correspondió a estas gracias extraordinarias, y si correspondió a ellas, su santidad estuvo a la altura de su excelsa dignidad: superior a la de todos los santos del Antiguo y del Nuevo Testamento, solo inferior a la infinita santidad de Jesús y a la santidad casi infinita de María.

Pedimos esta gracia a San José para todos los padres de familia, de crecer en esta virtud, a imitación de José.

Meditación Día 14

“José Castísimo” Ruega por nosotros.

“También la castidad de San José brillara ante el mundo por siempre – el varón justo y por excelencia Custodio de la Virgen, que resguardo su virginidad del modo mas admirable que se pueda pensar –. Solo por amor a Dios abandono la idea de un matrimonio según la carne y se unió por un amor mas profundo y espiritual a su amada esposa María.

San José fue Custodio de Cristo Jesús, y verdadero esposo de la más pura criatura, María Madre de Dios. Él estaba adornado con tanta pureza que el Señor le confió sus más grandes tesoros.

El mundo necesita personas que amen como lo hizo San José con María.

San José es el modelo de pureza y a él podemos recurrir para conservarla, porque es una gracia que hay que pedir. Pidámosle a nuestro amado San José el tener un corazón puro como él.

Nosotros, ¿no nos animaremos a ser puros en pensamientos, palabras y obras?

Hay varios medios que podemos recurrir para huir de las ocasiones que nos lleven a perderla:

  1. Huir del ocio.
  2. Huir de las malas compañías y lugares que puedan llegar a poner en peligro esta hermosa virtud.
  3. Resguardar la vista de todo tipo de videos, revistas que vayan en contra de la pureza. (Por ejemplo, de la pornografía)
  4. Tener una gran devoción a María Santísima.
  5. Frecuentar los sacramentos de la confesión y de la sagrada comunión.

San José es el modelo de hombre de corazón puro que nuestra sociedad necesita.

Pidamos a San José la gracia de crecer en esta bella virtud, para que lleguemos un día a contemplar el rostro de Dios.

Meditación Día 15

“José prudentísimo” Ruega por nosotros.

La virtud de la prudencia es la que dispone la razón de cada persona a discernir el verdadero bien para ella para cada circunstancia, y a elegir los medios adecuados para realizarlo.

La prudencia sirvió de guía a San José para llevar a cabo felizmente la misión del Señor de ser Custodio de Jesús y esposo de Maria Santísima. Supo tomar las decisiones necesarias en cada momento, buscando siempre obrar según la ley de Dios.

Debemos preguntarnos ¿obramos siempre con prudencia? ¿En las distintas circunstancias de nuestra vida, obramos con prudencia escogiendo y obrando según lo que Dios quiere o pide?

Pidamos a San José la gracia de actuar con Prudencia y llevar a cabo lo que el Señor tiene preparado para cada uno de nosotros.

Meditación Día 16

“José Fortísimo” Ruega por nosotros

El venerable arzobispo Fulton J. Sheen dijo1: esa fortaleza puede definirse como esa virtud que nos permite enfrentar sin temor y sin temor las dificultades y peligros que se interponen en el camino del deber y la bondad. Se encuentra a medio camino entre la temeridad, que se precipita en peligro sin prestar atención, y la cobardía, que huye de ella de forma recreativa. Como la fortaleza está relacionada con la valentía, no debe pensarse que la valentía carece de miedo; más bien es control del miedo.

La fortaleza es de dos tipos, dependiendo de si está dirigida a un bien natural o un bien sobrenatural. Un soldado, por ejemplo, que desafía los peligros de la batalla por amor al país, practica la fortaleza natural.

Pero un santo que supera todas las dificultades y peligros en aras de la gloria de Dios y la salvación de su alma practica la fortaleza sobrenatural.

Este tipo de Fortaleza se vio en la persona de San José, que para cumplir la voluntad de Dios tuvo que enfrentar muchas dificultades para cooperar en el plan de salvación.

Le pedimos a San José la gracia de crecer en la virtud de la fortaleza en nuestras propias vidas.

Meditación Día 17

Meditación Día 18

Meditación Día 19

Meditación Día 20

Meditación Día 21

Meditación Día 22

Meditación Día 23

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Meditación Día 28

Meditación Día 29

Meditación Día 30

Video de San José